Día 2.
Cogimos entradas para subir a la Torre Eiffel. Subimos hasta arriba del todo. Yo creo que merece la pena, es un poco caro pero a mi me parece una experiencia bonita. Las vistas son bonitas y dentro hay cafeterías y restaurantes y una terracita en la primera planta donde puedes sentarte un ratito al sol con café, un té o un refresco y descansar un poco. También se puede visitar de noche y con la torre iluminada tiene que ser la mar de chulo. Obviamente no es una vistita imprescindible. Yo ya había subido y esta vez, al ir con mi peque que le encantó pues no me arrepiento. Os dejo el enlace por si os interesa aquí.
Vista desde la Torre Eiffel
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Jo qué diferente está esa zona. Antes se podía pasear alrededor de la torre sin ningún problema, ahora está todo acristalado con controles de seguridad a consecuencia de los atentados que han sufrido en Francia. Y eso se extiende a todo, porque nos revisaron la mochila hasta en la tienda de Disney de los Campos Elíseos. Es un rollo pero si es por seguridad..
Si vais con niños, en la primera planta hay un stand donde les darán un cuadernillo y un mini lápiz para que respondan unas preguntas sobre la torre. Como hacen en algunos museos. No es nada del otro mundo pero les hace ilusión. Y como en el lápiz hay un grabado de la torre, es un recuerdo más.
Si vais con niños, en la primera planta hay un stand donde les darán un cuadernillo y un mini lápiz para que respondan unas preguntas sobre la torre. Como hacen en algunos museos. No es nada del otro mundo pero les hace ilusión. Y como en el lápiz hay un grabado de la torre, es un recuerdo más.
Después de sentarnos un rato al solete en la terraza de la primera planta y de tomar un aperitivo y un café/té con un bollo seguimos nuestra ruta. Pero sin alejarnos de la torre porque las fotos desde los Campos de Marte son casi obligadas y como ya era hora de comer nos sentamos en una de las campas de al lado a comer algo, con unas vistas inmejorables y un ratito para hacer esas fotos tontunas pero divertidas colgados de la torre, empujándola o sosteniéndola en la mano.
De aquí nos acercamos hasta Los Inválidos que está relativamente cerca. ¿Sabíais que la cúpula de Los Inválidos es de oro? 12 kilos de oro de 24 kilates nada menos. Y por lo que nos comentó el guía la otra vez, la renuevan cada 50 años. Al final entramos en el museo .Si no os gusta el tema militar, guerras mundiales ,etc, os lo podéis ahorrar. También se visita la tumba de Napoleón, que se encuentra dentro de un sarcófago enorme de cuarcita roja en cuyo interior alberga otros siete sarcófagos y se supone que en uno de ellos está el emperador. (tampoco es nada del otro mundo).
Tumba de Napoleón |
Atravesamos el Puente de Alejandro III, que merece la pena pasar por ahí, es muy bonito, para llegar a La Plaza de la Concordia , lugar donde guillotinaron a unas cuantas persona durante a Revolución Francesa, entre ellas a María Antonieta y a Luis XVI. Ahora se puede ver el imponente obelisco de Lúxor que tiene más de 3000 años de antigüedad, merece una visita, ¿ a que sí?. Al lado quedan Los Jardines de las Tullerías que te llevan hasta El Louvre. Pero nosotros nos fuimos a ver La Madeleine y La Ópera. La Madeleine se puede ver por dentro sin problema, es curioso que en lugar de tener bancos corridos tenga sillas, eso sí, bien ancladas para que nadie se las lleve. Para ver La Ópera por dentro hay que pagar, así que simplemente la vimos por fuera, nos sentamos un ratito en las escaleras a descansar mientras escuchábamos a un músico callejero. Y de aquí hacia el apartamento que al día siguiente nos íbamos al Louvre.
Aquí os dejo el resto del viaje:
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